Todos los matrimonios necesitan ayuda. Quizás el suyo, luego de algunos meses o años de matrimonio necesite un poco de ayuda en estos momentos. O quizás su relación este muy estable en estos momentos sin mayor dificultad. Pero en algún momento, durante una crisis o prueba, cada matrimonio se va a beneficiar del cuidado y consejo de alguien que este “por fuera” del matrimonio.
En estos tiempos, en donde adoramos la autosuficiencia, el buscar ayuda puede verse como vergonzoso o débil para algunas personas. Pero aquellos que son moldeables y siguen a Jesus saben que el ayudar y recibir ayuda es muy necesario. Nosotros entendemos nuestras limitaciones, la debilidad de la carne y nuestra tendencia a pecar. Nosotros entendemos que necesitamos a otros así como ellos nos necesitan a nosotros.
Esta es la maravilla del ser parte del cuerpo de Cristo: No tenemos que ser totalmente autosuficientes e independientes. Cuando es necesario, podemos apoyarnos de los regalos espirituales y la fortaleza de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. El punto es que todos los matrimonios necesitan ayuda, y no hay porque avergonzare de ello. Busque ayuda para que no tenga que sufrir las consecuencias.
Ayuda General para su matrimonio
Aunque creo que cada matrimonio necesita ayuda, permítame animarle, especialmente si usted esta recién casado, que no todo es tan malo como parece. Antes de llegar a la conclusión de que su matrimonio se esta desbaratando, comprométase a orar por el problema que esta afectando su matrimonio. Pídale a Dios que le ilumine y le ayude con lo que le esta afectando.
Algo que siempre ayuda a fortalecer los matrimonios es ir regularmente a una iglesia y hacer amistad con sus miembros. Tome iniciativas! Salgan con otra pareja de la iglesia a comer después del servicio del Domingo. Cuando las parejas tienen problemas, especialmente al principio del matrimonio, siempre se tiende a pensar que son los únicos en el mundo que están teniendo estos tipos de problemas, bien sea problemas financieros, de sexo, de comunicación o con los suegros. Reuniéndose con regularidad con esa pareja por un periodo de seis a doce meses y aprendiendo un poco los unos de los otros puede ser todo lo que necesite para solucionar alguno de sus problemas.
Otra buena idea para parejas de recién casados es pasar tiempo de manera individual con otra persona del mismo sexo que también estén en la etapa de recién casados. Las damas, quienes por lo general tienen mayor necesidad de hablar de sus sentimientos podrían beneficiarse de esta idea grandemente. El matrimonio es un gran ajuste y toma tiempo acostumbrarse. El tener la oportunidad de compartir estos sentimientos que se van acumulando en nuestros corazones con otra persona de por fuera puede ser de gran beneficio. Eso si, trate de mantener la conversación de manera tal que usted honre a su pareja, no convierta esta oportunidad en una sesión de destrozo hacia su pareja. La idea es compartir y tratar de relacionarse con otra persona del mismo sexo y tratar de intercambiar ideas para mejorar las diferentes situaciones por las que esté pasando.
Siempre enfóquese en lo positivo como pareja. Revise constantemente sus votos matrimoniales y las promesas hechas en el altar, lo cual le recordará las dificultades y recompensas del matrimonio. Esas promesas son el ancla que mantienen el barco sujeto de manera firme en su puerto cuando las tormentas matrimoniales amenazan.
Sobre todo, no espere hasta que este completamente hundido en su matrimonio. Manténgase en la ofensiva y dando los ajustes necesarios para mantener su matrimonio.
Ayuda en caso de crisis en su matrimonio
¿Cuándo es necesario pedir ayuda para nuestro matrimonio? Esta no es una pregunta fácil de responder porque todos los matrimonios tienen algún sufrimiento. Y parte del crecimiento hacia una intimidad profunda es el resolver nuestros conflictos y nuestras diferencias con amor. Pero así como un hueso roto requiere que vayamos a la sala de emergencias, ciertos eventos matrimoniales requieren intervención. La siguiente lista son simplemente sugerencias de algunas situaciones de las que debemos estar pendientes:
- Conflictos incesantes, discusiones agresivas y/o con gritos que no suelen mejorar de ninguna manera.
- Ausencia de sexo en la pareja, demandas inusuales hacia cierto comportamiento sexual de parte de nuestra pareja, infelicidad persistente hacia la relación sexual de alguno en la pareja.
- Abuso, bien sea físico o verbal, entre esposos o de padres hacia los hijos.
- Situaciones donde la comunicación esta completamente cerrada que persiste de uno a más días.
- Infidelidad, bien sea física o emocional.
- Uso de pornografía.
- Abuso de alcohol o de drogas de parte de alguno de los esposos o los dos.
- Otros tipos de comportamiento obsesivo, como el gastar dinero sin control con tarjetas de crédito, o el vicio a las apuestas, etc.
En oración, pídale a el Señor que le revele a donde buscar ayuda y consejos que vengan de Dios: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado…”(Salmos 1:1). Trate de buscar ayuda en su iglesia. Si allí no consigue ayuda, llame a otra iglesia, o alguna amistad de confianza, alguna línea de consejería nacional, a sus padres, un hermano o hermana, llame algún consejero. Usted entiende el punto, hay ayuda disponible y el Señor la proveerá. Pero usted debe estar dispuesto a buscarla.
Le recomiendo que no busque esta ayuda en alguna oficina de abogados. Muchos abogados honestos trabajan para ayudar a las parejas en sus dificultades e inclusive dan consejos en contra del divorcio. Pero la mayoría hace una gran cantidad de dinero en la industria del divorcio y se dedican a crear una situación ya grave en su matrimonio en una situación sin remedio la cual termina en divorcio.
Cuando se encuentre en una crisis usted puede hacer lo siguiente:
- Sea paciente. El problema en el que se encuentra tomó tiempo en desarrollarse, así que tomará tiempo en resolverse. Siempre tendemos a querer reparar nuestros problemas tal cual como reparamos nuestros carros, llevándolos al mecánico y haciéndoles un servicio de una a dos horas. Aveces tomamos la actitud de estar encima de nuestra pareja sin darle el tiempo y el espacio necesario. Nuestra pareja necesita ver y sentir nuestro amor, no ser bombardeado con promesas verbales. Cuando las parejas se encuentran en un callejón sin salida, desean que haya una varita mágica que resuelva todos los problemas mágicamente. Pero esa no es la realidad de la vida como Dios la diseñó. Crecemos a través de nuestras luchas y dificultades.
- Muestre su corazón sincero. Muchas veces cuando los esposos tienen diferencias, permiten que la rabia del momento cubran sus sentimientos verdaderos. No haga eso. Diga la verdad: “Estoy disgustado contigo, pero todavía te amo. No quiero que nos separemos. Quiero que sepas que voy a orar y quiero usar este momento para estar abierto a lo que Dios quiere enseñarme. Quiero entender lo que mi parte ha contribuido a nuestro problema.”
- Recuérdele a su cónyuge su compromiso. El matrimonio no es un contrato que se puede romper o cancelar en cualquier momento. El matrimonio es una promesa sagrada y para toda la vida.
- Ore por usted, por su cónyuge y por su relación. Pídale a Dios por sabiduría para sobrellevar sus dificultades. (Santiago 1:2-8). Incluso cuando estén atravesando por problemas, no dejen de orar el uno por el otro.
No todos los problemas matrimoniales son malos. Dios puede utilizar estos problemas en su matrimonio para llevarlo hacia Él, como la luz que se enciende en el tablero del carro indicando que hay algo que chequear en el carro, pero en este caso no a nivel físico o emocional, sino a nivel espiritual.
Los sufrimientos pueden causar que usted y su cónyuge entren en una relación más profunda. Al principio, Barbara y yo enfrentamos dificultades que hubiesen logrado romper nuestra relación. A pesar de todo, ni una sola vez hablamos de rendirnos o de divorcio. Nuestro compromiso con Jesucristo y con nosotros mismos fue más fuerte que nuestros problemas. Dios le dará la fortaleza. Él Dijo: “invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás” (Salmos 50:15).
© Reimpreso con permiso de Starting Your Marriage Right (Comenzando bien tu matrimonio) por Dennis y Barbara Rainey, ©2000, Thomas Nelson, Inc. Nashville, Tennessee. Todos los derechos reservados.