Durante un viaje de negocios en el sur de California, me detuve en una luz roja por la mañana. Mientras esperaba en la intersección, me di cuenta que un grupo de obreros ya estaban trabajando arduamente en la renovación de un restaurante viejo. Como hormigas, los carpinteros y otros trabajadores se movían apresuradamente a través del edificio, y casi todos tenían lo mismo: planos. Yo vi planos cargados bajo los brazos, pegados en las ventanas y siendo señalados por los trabajadores con entusiasmo.

La luz cambió a verde y continué manejando, pero la escena quedo clavada en mi memoria, recordándome de una simple verdad: Usted no construye o renueva una estructura sin planos. O si lo hace, cómo quedará ese edificio?

Desafortunadamente, muchas parejas no han comparado notas en sus planos para el matrimonio. Así como esos obreros de construcción, cada esposo y cada esposa tiene un set de planos, pero he visto muchas relaciones en donde los planos de el y de ella no se parecen en nada – sus expectaciones y propósitos difieren por completo. Si usted piensa que esto pueda estar sucediendo en su matrimonio, ¿cómo puede ponerse de acuerdo con su pareja y edificar su “Hogar” con planos idénticos?

La única respuesta es ponerse en contacto con el Arquitecto, el Diseñador original, el Único que ha grabado sus planos para el matrimonio en las Escrituras. Durante esta travesía del matrimonio juntos, ustedes quieren crecer en el amor del uno por el otro, experimentar la vida a plenitud y ser realmente una sola carne. Pero lo que parecía que seria algo muy fácil y sin esfuerzo alguno cuando apenas estaban comprometidos, ahora se ve como un sueño difícil de alcanzar. Por eso deben entender los planos de Dios y Sus propósitos para el matrimonio.

Estos tres propósitos le darán a su matrimonio un sentido de orientación, estabilidad interna y el sello del diseño de Dios. Su matrimonio estará muy por encima de lo cotidiano, se destacara de otras relaciones y estará en un plano elevado espiritual.

Primer Propósito: Refleje la imagen de Dios. Después que Dios creó la tierra y los animales, Él dijo, “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:26-27)

El primer propósito de Dios de crear hombre y mujer y unirlos en matrimonio fue para reflejar Su imagen en el planeta tierra. Preste mucha atención a esas palabras, a Su semejanza. La palabra en Hebreo “espejo” significa reflejar a Dios, magnificarlo, exaltarlo y glorificarlo a Él. Su matrimonio debería reflejar la imagen de Dios a este mundo que tanto necesita ver quien es Él. Y como somos creados a la imagen de Dios, la gente que no sabe quien es Dios con tan solo mirarnos pueden conocerlos a Él a través de nosotros.

Segundo Propósito: Complétese el uno al otro y experimente el compañerismo. Las Escrituras claramente señalan un segundo propósito para el matrimonio: el completarse mutuamente. Por eso Dios dijo, “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18)

Adán se sentía aislado en el Jardín, y entonces Dios creó a la mujer para eliminar su soledad. Pablo se refiere a lo aprendido en Génesis 2 escribiendo lo siguiente, “Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; ” (1 Corintios 11:11)

Yo estaba convencido de que Bárbara era la mujer “ideal” para mi porque presentía que ella podría completarme y ser una maravillosa compañera. Ahora, muchos años después, realmente entiendo lo mucho que la necesito. Nosotros dos somos como la computadora y el programa. Por si solos la computadora y el programa son impresionante, pero combinados como equipo, pueden lograr mucho más! Y eso es lo que exactamente Dios tuvo en mente cuando realizó la primera boda con el novio y la novia originales llamados Adán y Eva.

Ustedes necesitan el unto del otro. Usted reconoce eso ahora. Pero si usted construye su matrimonio de acuerdo a los planos de Dios, a medida que los años pasan, usted realmente apreciará lo ingenioso de como Dios creó el compañero o la compañera ideal para usted.

Tercer Propósito: Multiplicar un legado de Dios. Una línea de descendientes Cristianos, en este caso sus hijos, llevaran un reflejo del carácter de Dios a la siguiente generación. Sus planes de tener hijos puedan que estén todavía para un futuro, pero si Él le da un hijo, usted tendrá una maravillosa aventura.

Los planes originales de Dios llaman a que los hogares sean una clase de invernadero, un lugar acogedor en donde los niños crezcan aprendiendo principios morales, valores humanos e integridad. Muchas parejas hoy en día parecen estar criando a sus hijos sin un sentido de orientación y sin ninguna misión en la vida. No le están impartiendo a ellos la importancia de dejar un legado espiritual de vidas cambiadas. No están evaluando sus vidas a la luz de la Gran Comisión de Mateo 28:18-20, en donde Jesucristo nos manda a predicar el evangelio a todas la naciones.

Una de sus tareas es impartir un sentido de orientación y una misión espiritual a sus hijos. Su responsabilidad como pareja es hacer que su hogar sea un lugar en donde sus hijos aprendan lo que significa el amar y obedecer a Dios. Su hogar debe ser como un centro de entrenamiento para equipar a sus hijos a ver las necesidades de las personas y el mundo a través de los ojos de Jesucristo. Si los hijos no acogen esta misión espiritual a medida que van creciendo, pueda que vivan toda su vida sin experimentar el privilegio de ser usados por Dios de una manera significativa.

Su matrimonio es mucho mas importante de lo que pueda haberse imaginado porque afecta la reputación de Dios en este planeta. Por eso es esencial que usted escoja a Jesucristo como el edificador de su hogar.

 


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