¿Quiere establecer excelencia en su matrimonio?
Es posible que debe escuchar los consejos del Dios que lo creó.
Toda pareja que quiera caminar bien en su matrimonio debe comprender que, dado que Dios es quién diseñó el matrimonio, Él debe estar en el centro. Como el Salmo 127: 1 nos dice: “Si el Señor no edifica la casa,
en vano trabajan los que la edifican”. Pero, ¿cómo se ve eso en la vida diaria? Aquí presentamos cinco elementos esenciales para que su matrimonio prospere:
- Estar agradecido por su cónyuge.
Las exigencias de la vida, la familia y el trabajo pueden nublar su actitud hacia la persona que usted eligió para que lo acompañe en la vida. Agradeciendo a Dios todas las veces que pueda por su esposo o esposa es una manera práctica de enfocarse en las cosas buenas y admirables de él o ella. Algo que ayuda mucho es el ponerse a reflexionar de ves en cuando en los primeros tiempos y recordar que los atrajo, que les hizo prometerse toda una vida juntos y amarse mutuamente, y estar agradecido.
- Practicar la comunicación desde el fondo de su corazón.
El comunicarse de manera auténtica en los buenos y en los malos tiempos del matrimonio es algo vital. A medida que van creciendo juntos, usted aprenderá más cómo y cuándo comunicarse mejor con su cónyuge, así que preste mucha atención a lo que usted va viendo que funciona y lo que no funciona. Conversaciones transparentes en donde cada uno se arriesga revelando sus pensamientos más profundos, ideas, miedos, esperanzas y sueños son las que crean la fundación de un matrimonio para toda la vida.
- La intimidad.
De la intimidad relacional surge la intimidad sexual. La seguridad del ser conocidos y ser aceptados a pesar de nuestros defectos encuentra su expresión en el matrimonio a través del sexo. Es un regalo de Dios a las parejas casadas. La intimidad relacional y sexual ayudan a prevenir el matrimonio del deterioro para que no termine convirtiéndose en una simple relación legal. Recuerden, tomen el tiempo y estén siempre atentos para nutrir este tipo de relación.
- Practicar el poder del perdón.
Como somos seres humanos imperfectos, le vamos a fallar a nuestro cónyuge repetidamente. Nos enfocaremos en nuestros defectos, dejaremos de comunicarnos y nos ofenderemos sin intención. Todas estas cosas exigen un suministro constante de perdón. Hay un poder muy grande en el perdón; y dice: “La pelea terminó y no voy a castigarte”. Matrimonios que se están desvaneciendo pueden ser avivados con el perdón; matrimonios saludables se sostienen del perdón.
- Estar dispuesto a aprender.
Los matrimonios son siempre un trabajo en proceso. Cada cónyuge esta constantemente cambiando y desarrollándose, lo que significa que hay siempre cosas nuevas que aprender a cada etapa.
Nuestra oración para usted: Mientras se toma un tiempito para reflexionar de como Dios le ha bendecido a través de la vida de su cónyuge, nosotros oramos que su corazón este lleno de agradecimiento por todas las cosas que Él le ha dado, sobre todo el que le haya dado alguien a quien amar y el ser amado, lo cual ha sido diseñado por el Creador especialmente para usted.
Rogamos a Dios que le muestre la manera de expresar abiertamente su corazón para que los dos se acerquen el uno al otro cada vez más. Rogamos a nuestro Señor que usted logre disfrutar de una intimidad plena de alma y cuerpo en su matrimonio.
Oramos que el amor en su matrimonio sea tan real, tan vibrante y duradero que todos los que lo vean puedan ver que este amor viene de Dios.
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