Un esposo y una esposa quienes caminaban por fe y por consiguiente dejaron un legado mucho más allá de lo que pudieron imaginar, vivieron en los años 1700 en la América colonial. Sus nombres fueron Jonathan y Sarah Edwards.

Jonathan Edwards sintió el llamado de Dios para ser un predicador. El y su esposa comenzaron desde jóvenes a predicar en una congregación pequeña. Durante los siguientes años, el escribió muchos sermones, oraciones y libros y fue influyente en empezar lo que hoy en día se conoce como el Gran Avivamiento. Juntos produjeron once niños quienes crecieron y se convirtieron en adultos. Sarah fue la socia de Jonathan en todo lo que tenia que ver con el ministerio, y el siempre escuchaba sus consejos respecto a los asuntos de la iglesia y los sermones. Pasaban tiempo juntos hablando de estas cosas y cuando sus hijos llegaron a una edad suficiente para comprender, sus padres los incluyeron en estas conversaciones.

Los efectos de las vidas de los Edwards han sido de gran alcance, pero los resultados mas notables de su fidelidad al llamado de Dios son encontrados por medio de sus descendientes. Elizabeth Dodds registró un estudio hecho por A. E. Winship en 1900 en el que nombra algunos de los logros de los 1,400 descendientes de los Edwards que pudo encontrar:

  • 100 abogados y un decano de una facultad de derecho
  • 80 poseedores de cargo público
  • 66 médicos y un decano de una escuela de medicina
  • 65 profesores de colegios universitarios y universidades
  • 30 jueces
  • 13 presidentes de colegios universitarios
  • 3 alcaldes de ciudades grandes
  • 3 gobernadores de estados
  • 3 senadores de Los Estados Unidos
  • 1 controlador del tesoro de Los Estados Unidos
  • 1 Vice Presidente de Los Estados Unidos

¿Qué clase de legado van a dejar usted y su cónyuge? ¿Durará? ¿Será permanente y eterno? ¿O dejará

usted solo artículos palpables –edificios, dinero y/o las posesiones?

El apóstol Pablo instruyó a Timoteo a invertir su vida en hombres fieles que estuvieran disponibles a pasar la verdad de Dios a la próxima generación. ¿Dónde quiere Dios que usted y su cónyuge inviertan el tiempo que se les ha dado?

Viviendo una Vida Digna de Legado

  1. Tema a Dios y obedézcalo. Su legado empieza en su corazón, en su relación con Dios. Salmo 112:1-2 dice: “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.”

En nuestra primera Navidad juntos, Bárbara y yo le dimos un regalo primero a Dios. Estas hojas de papel se convirtieron en títulos de propiedad de nuestras vidas – para nuestro matrimonio, para nuestra esperanza de tener hijos, para nuestra familia, para nuestras relaciones, para nuestros derechos para nuestras vidas, para cualquier ministerio que Dios nos dio – todo se lo dimos a Él.

  1. Reconozca las necesidades del mundo y responda con compasión y con acciones. En Mateo 9:36 la Biblia nos dice: “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Usted y su cónyuge necesitan dejar un legado por medio del compromiso de hacer algo por nuestro mundo. Muchos Cristianos hoy en día caminan por el medio del camino; están tan enfocados en lo que las otras personas piensan que son incapaces de tomar riesgos que causen impacto en Cristo. Basado en esto, Jamie Buckingham escribió esto: “El problema con los Cristianos hoy en día es que ya nadie los quiere matar.”

Cuando esta en un avión y ve las filas de casas, usted se pregunta cuantas personas en estos hogares conocen a Cristo? Este año treinta millones de personas morirán sin escuchar el nombre de Jesús. Cientos de millones adorarán a ídolos. Alguien tiene que alcanzar a estas personas con las Buenas Nuevas.

John F. Kennedy, en el libro Profiles in Courage (Perfiles en valentía), describió la necesidad de personas valientes: “Algunos hombres demuestran valentía a lo largo de sus vidas. Otros van con la corriente hasta el momento decisivo cuando sus conciencias y eventos los llevan hacia el centro de la tormenta.” Si usted quiere dejar un legado transcendente, debe actuar con valentía para alcanzar aquellos que tienen alguna necesidad.

  1. Oren como pareja que Dios los utilice para lograr Sus propósitos. Tal y como dice en 1 Crónicas 4:10 “E invocó Jabés al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.”

¿Que pidió Jabés a Dios? Que lo bendijese. Dale nueva vida y amplía su esfera de influencia. Apártalo de la tentación. Permanece con él. Ore esta oración por su cónyuge y a final de año, vean lo diferente que serán sus vidas.

  1. 4. Ayude a su cónyuge a administrar bien sus dones espirituales y sus habilidades. Ayude a su cónyuge a reconocer como Dios a usado sus dones espirituales y sus habilidades en el pasado. ¿Sirviendo a otros? ¿Enseñando las Escrituras? ¿De consejero en un Ministerio Cristiano?

Ayúdelo a conectarse en una iglesia local, que tenga necesidad de hombres y mujeres fieles quienes tengan un carácter fuerte en el Señor y una visión para sus comunidades.

Ayúdelo a reconocer sus convicciones. Thomas Carlyle dice, “La Convicción no vale nada hasta que se logre convertir en una conducta diaria”. Ayude a su cónyuge a determinar por lo que es capaz de morir para que logre determinar por lo que quiere vivir.

  1. Pídale a Dios que le de sentido a la vida de sus hijos, dirección y una misión. El desafío aquí es dejarle a sus hijos un legado, no solo una herencia. Como alguien dijo una vez, “Nuestros hijos son mensajeros que enviamos a un tiempo que no veremos”.

Dignidad a través del destino

David Livingstone, un misionero de África, dijo, “Iré a donde sea, siempre y que sea hacia adelante”. Y al ir hacia adelante y desarrollar el reino de Dios, indudablemente también logro avanzar en su sentido de dignidad.

El adquirir una visión y una dirección en la vida le dará un significado importante a la vida de su cónyuge también, especialmente si el Dios omnipotente del universo es el que guía y dirige su vida. De hecho, una visión, dirección y un destino puede venir solamente de el Único que controla no solo el presente sino el futuro. Descubriendo su destino eterno, comenzará a construir dignidad duradera en sus vidas. El conocimiento interno de esa dignidad ordenada por Dios, aumentará el auto-estima de cada miembro de su familia.

El desafío es el mismo para todos nosotros. ¿Seguiremos a Cristo y cumpliremos Su llamado y visión para nuestras vidas? Así como encontramos vida espiritual en Jesucristo, así también encontramos la dignidad en el destino que Él provee.

 


Tomado de Building Your Mate’s Self-Esteem (Edificando el autoestima de tu cónyuge) por Dennis y Bárbara Rainey. © 1995 Dennis Rainey. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.